EDITORIAL 

 

Ser testigos de sus mejores vivencias y experiencias, de sus más preciados recuerdos, y de sus invaluables sentimientos; para luego darlos a conocer en algunas de estas páginas, se trata quizá de una de las responsabilidades más grandes que ustedes, con el paso de los años y su confianza, nos la han encomendado. 

 

Con minuciosidad hemos tratado de fotografiar cada detalle, sin perder de vista la alegría, los colores, y la esencia misma de los momentos vividos dentro de esta prestigiosa institución, así como de redactar fielmente sus emociones, y cada experiencia que ustedes han tenido la valentía y la predisposición de contarnos.

 

A lo largo de los años y sin darnos cuenta, dejamos de ser colaboradores de la Unidad Educativa Hermano Miguel de La Salle, para comenzar a sentirnos parte de esta gran familia, que nos ha permitido compartir conjuntamente sus Jornadas Deportivas, sus Fiestas Patronales, sus actos de religiosidad y fe, y sobre todo, la excelencia estudiantil, docente, académica y deportiva, que no pasa desapercibida desde su Fundación. 

 

Sepan que cada período lectivo, tratamos de esforzarnos más con la calidad de nuestro trabajo y exigirnos a nosotros mismos para que este anuario, a más de ser un libro de recuerdos, se convierta en algo muy parecido a un álbum de fotos o a una carta, es decir, un objeto invaluable que al verlo o leerlo nuevamente, tenga la maravillosa capacidad de transportarlos a la época más feliz de sus vidas, como es la etapa estudiantil. Donde los niños y los jóvenes encuentran a las amistades más puras y verdaderas, a la sana ilusión del amor primero, y a esos maestros que suelen recordar a largo plazo. Donde los docentes comprenden que existe una vocación que vale la pena, cuando sus ex alumnos los saludan con un abrazo y les guardan en el lugar más privilegiado de su memoria. 

 

Extendemos la más sincera y fraterna bienvenida al nuevo Rector de la institución, el Hermano Cristian Gaibor, quien desde ahora posee la enorme responsabilidad de continuar guiando a esta Unidad Educativa a través del camino trazado y deseado por San Juan Bautista de La Salle y el Santo Hermano Miguel. ¡Muchísimas bendiciones en su labor! 

 

De nuestra parte, gracias infinitas por su tiempo, su colaboración, y por permitirnos ser los ojos, la boca y las manos de sus recuerdos. Quizá ustedes no lo saben, pero la satisfacción de sacarles sonrisas cada vez que abren este anuario, nos da la motivación suficiente para tratar de aumentar esa cantidad de sonrisas, el año siguiente.